Anulación de la expulsión

La cancelación de expulsión (también conocida como cancelación de deportación) es una forma de alivio disponible para ciertos residentes no permanentes en Estados Unidos que se encuentran en proceso de expulsión. Permite a las personas solicitar permanecer legalmente en el país a pesar de estar sujetas a deportación. Existen dos tipos de cancelación de expulsión: una para los residentes permanentes legales (LPR) y otra para los no LPR.

Para los no residentes legales permanentes, los criterios de elegibilidad suelen incluir la presencia física continua en los Estados Unidos durante un período determinado (generalmente 10 años), buen carácter moral, no tener condenas penales inhabilitantes y demostrar que la deportación causaría dificultades excepcionales y extremadamente inusuales a un cónyuge, padre o hijo ciudadano estadounidense o residente permanente. Si se concede, las personas pueden recibir el estatus de residente permanente legal.

La cancelación de la expulsión para los residentes permanentes legales exige demostrar siete años de residencia permanente legal, cinco años de residencia continua en Estados Unidos, no haber sido condenado por delitos graves y demostrar que la expulsión causaría dificultades extremas al cónyuge, padre o hijo ciudadano estadounidense o residente permanente legal.

Estos procesos pueden ser complejos, y los criterios de admisibilidad pueden variar en función de las circunstancias individuales.